Fue uno de los mejores tenistas de la historia, ganó millones de dólares y ahora está en bancarrota

El alemán Boris Becker es una leyenda del tenis que supo de dominar las canchas del mundo y levantar trofeos como Wimbledon, pero su actualidad está lejos de ser un sueño: a pesar de haber ganado millones de dólares en su carrera, malos manejos financieros hicieron que se tuviera que declarar en bancarrota.
Durante la década de los 80 y 90, Becker se consolidó como uno de los tenistas más talentosos y carismáticos de la historia. Con victorias memorables en torneos de Grand Slam y un estilo de juego agresivo, acumuló no solo fama y admiración, sino también importantes ganancias económicas derivadas de premios, patrocinios y contratos publicitarios.
A pesar de sus impresionantes logros en la cancha, la carrera post-competitiva de Boris Becker ha estado marcada por decisiones financieras controvertidas. Los problemas económicos comenzaron a evidenciarse a medida que las deudas se acumulaban, derivadas de inversiones fallidas, gastos desmesurados y complicaciones legales. Los tribunales británicos, en octubre de 2017, declararon su insolvencia, evidenciando una caída estrepitosa para un atleta que en su día fue sinónimo de éxito y estabilidad económica.

Por qué Boris Becker se declaró en bancarrota si era millonario
Malas inversiones y gastos excesivos
Expertos en economía y finanzas señalan que una combinación de inversiones arriesgadas y un estilo de vida ostentoso pudo haber contribuido significativamente a la situación actual de Becker. La falta de asesoría financiera adecuada y la dependencia de gestores poco experimentados en el manejo de su patrimonio resultaron en una pérdida gradual del legado económico que alguna vez disfrutó.
El Impacto de las deudas y litigios
Los acreedores y las batallas legales han sido otro factor determinante en la dramática caída de Becker. Los litigios y las reclamaciones de deudas han deteriorado su reputación y su situación económica, dejando una imagen de exito deportivo empañada por errores financieros que, a la postre, han desembocado en la declaración de bancarrota.