Serbia vs. Albania: el motivo del odio mutuo que se trasladó al fútbol
La Euro 2024 no solo fue escenario de grandes partidos, sino también de tensiones históricas y políticas entre algunas de las selecciones participantes. Uno de los conflictos más intensos fue el que involucró a Serbia y Albania, donde los temas geopolíticos y los recuerdos de la Guerra de Yugoslavia están muy presentes.
Los problemas incluyen a otros países como Kosovo, como así también a naciones que parecen neutrales como Suiza, pero sus futbolistas están ciento por ciento involucrados en el conflicto.
Kosovo, el epicentro del conflicto
Tras la desintegración de Yugoslavia en los años 90, surgieron diversos países en la región balcánica. Uno de los territorios más disputados ha sido Kosovo, que en sus inicios formaba parte de Serbia. Aunque Kosovo declaró su independencia en 2008, su estatus sigue siendo objeto de controversia, especialmente entre Serbia y Albania.
La mayoría de la población en Kosovo es de origen albanés, lo que ha generado tensiones con Serbia, que considera a Kosovo como parte de su territorio. Desde Albania, el sueño de una «Gran Albania» —que incluiría a Kosovo dentro de sus fronteras— ha alimentado aún más las divisiones.
La Guerra de Kosovo y la intervención internacional
En 1996, durante la Guerra de Yugoslavia, los separatistas albaneses de Kosovo declararon la independencia del territorio, lo que desencadenó un violento conflicto en la región. La guerra provocó la intervención de la OTAN y el desplazamiento de miles de personas, muchas de las cuales buscaron refugio en países como Suiza.
Este contexto histórico tiene una repercusión directa en el fútbol, ya que varios futbolistas de ascendencia albanesa y kosovar, como Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri, se establecieron en Suiza, país en el que comenzaron sus carreras deportivas.
El conflicto llega al fútbol: Rusia 2018 y Qatar 2022
El Mundial de Rusia 2018 fue un punto de inflexión en esta rivalidad. Suiza se enfrentó a Serbia en la fase de grupos, y los suizos vencieron 2-1 con goles de Xhaka y Shaqiri. Ambos jugadores celebraron haciendo el gesto del águila albanesa, símbolo de la identidad nacional albanesa, lo que exacerbó la tensión entre las dos naciones.
La Federación Serbia pidió sanciones severas para los jugadores, pero la FIFA solo les impuso una multa económica. En Kosovo, el triunfo suizo fue celebrado como una victoria propia.
La historia se repitió en el Mundial de Qatar 2022. Antes del partido entre Serbia y Suiza, la selección serbia colocó en su vestuario una bandera con el mapa de Kosovo y los colores serbios, acompañada de la frase: «No hay rendición». Suiza volvió a imponerse, esta vez por 3-2, y nuevamente Shaqiri fue protagonista al anotar uno de los goles.
Las tensiones continuaron en la Euro 2024
Este conflicto, que trasciende el deporte, se ha trasladado a la Euro 2024. Las tensiones entre hinchas serbios y albaneses se manifestaron en incidentes durante el torneo. A pesar de los esfuerzos de las organizaciones deportivas para mantener el fútbol al margen de los conflictos políticos, las heridas del pasado aún influyen en los encuentros entre estas selecciones.
Los fanáticos de Serbia han tenido problemas en las calles de Alemania con diversos hinchas de otras selecciones, mientras que jugadores de Albania y Croacia se han manifestado en contra de los serbios abiertamente. Lejos de haberse apaciguado, las tensiones parecen haber crecido y se avizoran más conflictos en partidos que involucren a estos seleccionados nacionales.
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