Hermanos y enemigos: la fuerte amistad que se rompió en el festejo de un Mundial
Eran como hermanos y juntos lograron una medalla olímpica, pero la historia de su región los separó en la cancha y también en la vida: conoce la historia sobre la amistad entre el serbio Vlade Divac y el croata Drazen Petrovic, dos hermanos del básquet que rompieron su lazo a causa de la Guerra de los Balcanes.
Este conflicto bélico ocurrió en la última década del siglo XX, más precisamente durante 1991, tras la disolución del bloque comunista mundial y el fin de la Guerra Fría, marcado por la caída del Muro de Berlín.
En este contexto, crecieron los deseos independentistas de las repúblicas que conformaban la antigua Yugoslavia: Serbia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Eslovenia, Croacia y Macedonia. Aún hoy, el conflicto sigue latente en esos territorios.
En 1990, la guerra civil en Yugoslavia se intensificaba, y en el ámbito deportivo nacional, esto se hacía evidente. Los equipos empezaron a ser vistos como meras individualidades, donde los deportistas representaban a sus respectivos territorios.
Esta situación explica cómo una amistad tan fuerte como una hermandad pudo derrumbarse en cuestión de segundos debido a las ideologías nacionalistas e independentistas que impregnaban la antigua Yugoslavia.
La amistad entre Divac y Petrovic: del amor al odio
La amistad entre Divac y Petrovic se forjó desde las categorías inferiores de la selección de baloncesto yugoslava, pero se fortaleció cuando ambos coincidieron en la NBA. Divac, el serbio, comenzó su carrera como pívot en Los Ángeles Lakers, llegando a disputar las finales frente a los Chicago Bulls de Michael Jordan. Petrovic, considerado uno de los mejores escoltas de la liga, inició su trayectoria en los Nets de New Jersey.
Ambos jugadores, representando a Yugoslavia, ganaron la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y el oro en el Campeonato Europeo al año siguiente. Sin embargo, la Guerra de los Balcanes puso fin a su amistad.
El Mundial de Argentina, en 1990, fue testigo de su ruptura. El equipo yugoslavo, integrado por Divac, Petrovic y otras grandes figuras, se consagró campeón al vencer a la URSS por 90-75 en el Luna Park de Buenos Aires. Durante los festejos, un aficionado se acercó a Divac con una bandera croata. Molesto, el serbio la arrancó de sus manos, defendiendo la idea de que solo los colores yugoslavos debían ser representados.
Para Petrovic, de origen croata, esta acción fue personal, y desde ese momento rompió su relación con Divac. El 7 de junio de 1993, Petrovic debía viajar con su selección croata para disputar un partido clasificatorio europeo. Como capitán del equipo, en vez de tomar un avión, decidió viajar en auto. Mientras dormía, durante una tormenta, un camión se cruzó en su camino cerca de Ingolstadt, Alemania, provocando su muerte instantánea.
Divac se enteró de la tragedia por televisión y, en ese momento, comprendió que la reconciliación con su hermano de la cancha nunca sería posible. «Siempre pensé que algún día, cuando tuviéramos 32 años, nos sentaríamos a hablar, pero ese día nunca llegó», afirmó Vlade Divac en el documental «Hermanos y enemigos», donde se cuenta esta historia en primera persona.