Por qué es difícil jugar al fútbol en la altura de Bolivia
La Selección de Bolivia es una de las más débiles de Sudamérica, pero cuenta con una ventaja inusual en el resto del mundo que le permite ilusionarse en cada Eliminatorias con clasificar al Mundial de la FIFA: sus estadios a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar (msnm). Pero, ¿por qué es difícil jugar al fútbol en la altura? ¿Qué sucede en el cuerpo?
El seleccionado boliviano ha escogido disputar los partidos como local de las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026 en el Estadio El Alto, que se encuentra a 4.085 msnm. Históricamente, la localía la ejerció en el estadio Hernando Siles de La Paz, el recinto más icónico del país, el cual se encuentra a 3.600 msnm. Gigantes como Argentina y Brasil, teniendo mucho mejores equipos, la han pasado mal y sufrido derrotas contundentes en las últimas décadas
Jugar al fútbol en altura: los efectos en el cuerpo humano
A medida que ascendemos en altitud, la presión atmosférica disminuye, lo que significa que hay menos oxígeno disponible en el aire que respiramos. Este fenómeno se conoce como hipoxia. Para un jugador de fútbol, la hipoxia tiene un impacto directo en su capacidad de absorber oxígeno y, por lo tanto, en su rendimiento físico. ¿Por qué? Porque los músculos dependen del oxígeno para producir energía de manera eficiente.
Cuando un deportista está en altura, su cuerpo tiene que trabajar más duro para obtener la misma cantidad de oxígeno que en condiciones normales a nivel del mar. Esto se traduce en una frecuencia cardíaca acelerada y una mayor dificultad para respirar. Durante el ejercicio intenso, como un partido de fútbol, esta falta de oxígeno afecta directamente el rendimiento muscular, lo que lleva a una mayor fatiga, una recuperación más lenta y un descenso en la velocidad y resistencia.
Por otro lado, muchos jugadores que no están acostumbrados a estas alturas experimentan mal de altura o soroche. Los síntomas pueden variar desde dolores de cabeza y mareos hasta náuseas y vómitos. Esto sucede porque el cuerpo está luchando para adaptarse rápidamente a la falta de oxígeno. Aunque algunas personas se adaptan mejor que otras, la mayoría de los atletas que juegan en Bolivia sienten el impacto durante los primeros días.
«La pelota no dobla»: el impacto de la altura al movimiento de la pelota en el fútbol
El impacto de la altitud en el movimiento de la pelota es uno de los factores más notables y que cambia radicalmente el estilo de juego en lugares como Bolivia. A grandes alturas, como en La Paz, el aire es menos denso debido a la disminución de la presión atmosférica. Esto significa que hay menos resistencia al movimiento de la pelota cuando se desplaza en el aire, lo que provoca que los pases largos y los disparos de larga distancia viajen más rápido y recorran mayores distancias en comparación con lo que sucedería a nivel del mar.
Este cambio en la resistencia del aire también afecta la trayectoria de los tiros y centros aéreos. En la altura, la pelota tiende a tener menos fricción, lo que genera trayectorias más rectas y menos predecibles. Los arqueros suelen tener más dificultades para medir correctamente la velocidad y el efecto de los disparos, lo que puede resultar en errores en la estimación del rebote o la velocidad a la que llega el balón. Un tiro que parecería controlable en condiciones normales puede sorprender con mayor velocidad y una curva inesperada.
Finalmente, el control del balón en jugadas a balón parado también se ve alterado. Los tiros libres, los corners y los centros tienden a ser más peligrosos, ya que la menor densidad del aire permite que el balón mantenga más tiempo su velocidad. Los jugadores locales suelen aprovechar esta condición, practicando técnicas que maximizan los efectos que la altitud provoca, mientras que los equipos visitantes suelen tener más dificultades para ajustar sus tiros y pases con precisión.
Por qué los jugadores bolivianos juegan bien en la altura
Los equipos bolivianos que juegan regularmente en altura tienen una ventaja significativa, ya que su cuerpo está naturalmente más adaptado a estas condiciones. Esto se debe a que, con el tiempo, los atletas locales desarrollan una mayor eficiencia cardiovascular y una mejor tolerancia a la hipoxia. Jugar en estas condiciones se convierte en parte de su rutina, mientras que para los equipos visitantes es una experiencia agotadora y desconcertante.
Si bien muchos de estos futbolistas nacieron en lugares con altura, por lo que están acostumbrados desde su nacimiento a realizar actividades en estas condiciones, cualquier persona puede adaptarse. Es por ello que, en el fútbol boliviano, puede verse a jugadores de otras nacionalidades que luego de un tiempo de adaptación juegan sin inconvenientes en estadios que superan los 3.000 msnm.
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