Brasil-Ghana, el partido del Mundial 2006 denunciado por amaño por el negocio de las apuestas: la historia oculta

La Selección de Ghana, en su primera participación mundialista en Alemania 2006, logró superar la fase de grupos quedando en la segunda colocación detrás de Italia -luego saldría campeón- y se enfrentó a Brasil en los octavos de final. En dicho encuentro, disputado el 27 de junio en el Estadio de la Copa Mundial de la FIFA de Dortmund, se dio la lógica y el elenco sudamericano se impuso 3-0.
Si bien en su momento no hubo ninguna sospecha en relación al encuentro, en 2008 el periodista Declan Hill aseguró en su libro “The Fix: Soccer and Organized Crime” que el resultado fue manipulado por un sindicato de apuestas asiático tras tres años de investigaciones. “Sé que estoy jugando con fuego”, advirtió cuando decidió dar a conocer el supuesto amaño en el encuentro mundialista.
Brasil-Ghana del 2006: un debutante contra el pentacampeón
Si bien Ghana ya había demostrado ser un equipo fuerte en su continente y presentar buenas selecciones juveniles -ya contaba en su palmarés con dos Mundiales Sub 17-, hasta 2006 nunca había jugado una Copa del Mundo de mayores. Aquella generación de futbolistas logró quedar en la historia de su país al conseguir la clasificación al certamen que se disputó en Alemania.
En las Eliminatorias comenzaron dejando en el camino a Somalia, mientras que en la segunda fase quedaron primeros en su grupo superando a la República Democrática del Congo, Sudáfrica, Burkina Faso, Cabo Verde y Uganda. De los diez encuentros que disputó en su zona solamente perdió el primero contra el elenco burkinés, y luego cosechó seis victorias y tres empates que le permitieron terminar como cómo líder con 21 unidades.
La figura de aquel seleccionado era Michael Essien, quien en 2005 había fichado con el Chelsea de Inglaterra tras destacadas actuaciones en el Lyon de Francia. Jugar en las principales ligas europeas le permitía tener otro roce y visión del juego que potenciaba al seleccionado, en el que también se destacaban Stephen Appiah, quien en 2006 jugaba en el Fenerbahçe pero antes había tenido un amplio recorrido por el fútbol italiano, y Sulley Montari, que llegó a la Copa del Mundo defendiendo los colores del Udinese de Italia.

Su debut mundialista fue contra Italia y se dio la lógica: derrota por 2-0. Pero luego demostraron que no estaban de paso en la competencia: victoria 2-0 ante República Checa y 2-1 contra Estados Unidos para conseguir un lugar en los octavos de final, donde lo esperaba el último campeón, Brasil, que se había llevado el Grupo F sin despeinarse ganándole a Croacia (1-0), Australia (2-0) y Japón (4-1).
Aquel seleccionado brasileño, además de llegar con el mote de candidato por su historia y por su título cuatro años antes en Corea del Sur-Japón, tenía un plantel para temer: Dida, Cafú, Roberto Carlos, Adriano, Zé Roberto, Kaká, Ronaldinho, Ronaldo Nazario, entre otros. No había dudas de que en cuanto a nombres era superior a Ghana -y a la mayoría de las selecciones que participaron de la competencia-, por lo que el 3-0 no llamó la atención.
El partido: Brasil-Ghana en Mundial 2006
El encuentro se disputó en el imponente estadio del Borussia Dortmund, el cual fue reconstruido para el Mundial: es el recinto alemán con mayor capacidad y el tercero en el continente europeo. Se calcula que aquella tarde del 27 de junio del 2006 entre Brasil y Ghana había cerca de 65.000 espectadores porque todos debían estar sentados, ya que dicho escenario puede albergar más de 80.000 personas cuando se habilitan los sectores con aficionados parados.
En cuanto a las formaciones iniciales, la del elenco brasileño comandado por Carlos Alberto Parreira estuvo conformada por: Dida: Cafu, Lucio. Juan, Roberto Carlos; Emerson, Kaka, Ronaldinho, Ze Roberto; Adriano y Ronaldo. Los ghaneses, por su parte, saltaron al campo de juego con los siguientes futbolistas: Richard Kingson; John Mensah, Emmanuel Pappoe, Illiasu Shilla, John Pantsil; Stephen Appiah, Sulley Muntari, Eric Addo. Haminu Draman; Asamoah Gyan y Matthew Amoah. El entrenador del conjunto africano era Ratomir Dujkovic.
Cuando el árbitro eslovaco Ľuboš Micheľ pitó el inicio, Ghana parecía tener en claro que era importante no recibir un gol rápido, pero el cero en su arco le duró poco: a los 5 minutos Kaká asistió a Ronaldo, quien quedó mano a mano con el arquero gracias a que fue habilitado por Pantsil: el entonces delantero del Real Madrid utilizó todo su talento y dejó en el camino a Kingston para definir con el arco en soledad.
Este tanto de la Verdeamerela significó un duro golpe para los ghaneses, que estaban obligados a salir a buscar un gol con el riesgo de descuidarse en defensa. “¡Ghana, Ghana!”, se escuchó pasados los 35 minutos en las tribunas, especialmente cuando los brasileños comenzaron a perder protagonismo y el encuentro se empezó a jugar más cerca del arco defendido por Dida.
Pero cuando mejor estaban las Estrellas Negras, a los 45 minutos, llegó el 2-0: contragolpe letal que se inició detrás de mitad de cancha con un quite de Lucio y un buen pase abierto para Kaká, quien tirado por la derecha se la dejó a Cafú para que asista a Adriano. El tanto debió anularse porque el delantero sudamericano estaba en posición adelantada.
El segundo tiempo, con un 2-0 a favor de un Brasil sin brillo pero contundente, pareció estar de más. Igualmente Ghana no bajó los brazos y tuvo algunas situaciones para lograr el descuento, mientras que el elenco de Parreira parecía estar pensado ya en los cuartos de final. El público, en su mayoría alemán, en algunos pasajes del complemento silbó a los futbolistas brasileños entendiendo que no estaban mostrando un buen juego.
Poco le importó a los brasileños, que a falta de 6 minutos para el final sentenciaron la historia: Zé Roberto, tras un pase en profundidad que dejó en el camino a toda la defensa ghanesa, le tocó por un costado la pelota al portero y definió en la línea para el 3-0.
Los medios de todo el mundo, en su gran mayoría, coincidieron que la Verdeamerela ganó con claridad en el marcador pero no en el juego. Por este motivo fueron pocos los que se sorprendieron cuando en la siguiente instancia quedó eliminada ante Francia, quien luego sería subcampeón, tras caer por 1-0. A pesar de tener grandes nombres, muchos atravesando buenos presentes en sus clubes, no logró mostrar un buen funcionamiento en Alemania y no pudo retener la corona lograda cuatro años antes.
Pero volviendo a lo ocurrido en el partido ante los africanos, nadie denunció que el mismo estuviese arreglado hasta el libro de Hill en 2008. A decir verdad, el encuentro se desarrolló por los carriles normales: los sudamericanos eran los favoritos a conseguir la victoria, lo que finalmente sucedió; los errores de la defensa ghanesa no levantaron la sospecha de que fueran a propósito; e inclusive los futbolistas de las Estrellas Negras le protestaron a la terna arbitral el offside en el gol de Adriano, un gesto que demuestra que les importaba estar debajo en el marcador.
Brasil-Ghana del 2006: Declan Hill y el paso a paso de su investigación
Declan Hill es un periodista y académico canadiense considerado como uno de los grandes expertos a nivel mundial en el abordaje de la corrupción en el fútbol. Su libro “The Fix: Organized Crime and Soccer” fue traducido a 21 idiomas y generó un fuerte impacto en 2008, principalmente, por afirmar que el encuentro entre Brasil y Ghana del Mundial 2006 había estado amañado por una red de corredores de apuestas asiáticos.
Antes de que su libro salga a la luz, Hill le brindó una entrevista a la revista alemana Spiegel que salió publicada el 1° de septiembre. En la misma detalló cómo se fue dando su investigación y por qué asegura que aquel encuentro estuvo amañado, asumiendo la responsabilidad de dicha acusación. Sus palabras, y gracias a la rapidez de la internet, recorrieron el mundo entero, provocando principalmente asombro.
Su indagación, indicó, comenzó cuando conoció a un corredor de apuestas asiático del que no reveló la identidad.
“Ese fue un proceso prolongado que tomó meses. En el mundo del juego asiático, todos conocen su nombre. Se dice que ha estado manipulando partidos durante 15 años, su nombre aparece en los archivos de casos de arreglo de partidos en Asia. Organiza las apuestas y su manipulación. En mi libro lo llamé Lee Chin. En noviembre de 2005 me invitó a un club de golf en las afueras de Bangkok. La conversación que siguió durante las siguientes dos horas y cuarto fue una de las más extrañas que he tenido”,.
“Afirmó que era un miembro destacado de un sindicato que manipulaba partidos de fútbol. Dijo que tenía 16 corredores, es decir, intermediarios que se acercan a los jugadores, entrenadores o árbitros. Y todo el tiempo que estábamos hablando entre nosotros, uno de sus dos teléfonos seguía sonando. Una llamada vino de Filipinas, donde se estaban llevando a cabo los Juegos del Sudeste Asiático en ese momento. Después de la llamada telefónica dijo que se había asegurado de que Laos solo perdiera 1-0 ante Singapur. Luego afirmó que manipulaba partidos en otros eventos deportivos importantes”
Con respecto a qué eventos importantes habría manipulado Lee Chin por las apuestas, precisó: “Dijo que había estado en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996 y se había encargado de que Túnez perdiera el partido inaugural contra Portugal. Afirmó que se acercó a un par de jugadores tunecinos. Se negaron a quitarle dinero, por motivos religiosos, por lo que, en cambio, alega que les envió hermosas prostitutas mexicanas. Túnez perdió 0-2. Lee Chin dijo: ‘Gané una gran cantidad de dinero y todos estaban contentos’”.
“Justo antes de la entrevista, el primer ministro de Tailandia, Thaksin, expresó públicamente la sospecha de que muchos eventos en los Juegos del Sudeste Asiático habían sido manipulados. En cuanto a los Juegos Olímpicos de 1996, las afirmaciones de Chin ya no se pueden verificar. Lo interesante es que finalmente, justo antes de las 10:30, volvió a sonar uno de los teléfonos de Chin. Hablaba en un idioma que no entendí. Tras la llamada, dijo que el partido de la Bundesliga entre Hannover 96 y 1. FC Kaiserslautern, que estaba a punto de comenzar a unos miles de kilómetros de distancia, había sido arreglado»
«Naturalmente, había oído hablar del escándalo de Hoyzer -árbitro que terminó en la cárcel por haber recibido sobornos de apostadores- en el fútbol alemán, pero sin embargo me parecía increíble que esto fuera posible en una gran liga en la que los profesionales ganan tanto dinero. No me dijo quién supuestamente estaba en la toma, pero el partido terminó con el resultado que él predijo y, diez días después, se reveló públicamente que algunos partidos de los Juegos del Sudeste Asiático habían sido arreglados y varios jugadores fueron encarcelados”.
Pero, ¿por qué dicho hombre le contaría a un extraño todos los hechos ilícitos que cometió o estaba por cometer? “Me hice la misma pregunta durante mucho tiempo. Tal vez porque quería demostrarle al mundo lo bueno que es, y un libro como este puede haberle sonado tentador. Tal vez se sintió halagado por el hecho de que alguien de un mundo tan extraño, un periodista y académico de la Universidad de Oxford, lo tomara en serio y lo tratara con respeto. Quizás también tenga que ver con el hecho de que, gracias a mi investigación sobre el amaño de partidos, hablé su idioma”, precisó Hill, además de indicar que guardó su identidad porque sino “me mataría”.
“Después de nuestra primera reunión en noviembre de 2005, me mantuve en contacto con él. Luego informó sobre los preparativos y el nombre de un país se mencionó muy a menudo: Ghana. Me dijo que la gente de su sindicato ya se había puesto en contacto con algunos de los jugadores de Ghana durante los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas y que había logrado en ese momento que Ghana perdiera de la fase de grupos contra Japón. Afirmó que existían contactos ahora y que las cosas seguirían adelante. Luego, el 25 de mayo de 2006, me dijo que fuera a una sucursal de Kentucky Fried Chicken en un centro comercial en el norte de Bangkok. Yo iba a presenciar la negociación del trato. ¿Por qué se me permitió estar presente? Ni idea. A veces tengo la sensación de que Chin ve mi escepticismo como una afrenta personal”.

“Cuando entré, cuatro hombres estaban sentados en una mesa: Chin, junto a él dos chinos más jóvenes, y un chico negro, un hombre alto y atlético con una camisa azul y jeans azules. Me senté unas mesas más adelante, estaba bastante nervioso, mi cámara oculta no funcionaba, en cambio intenté tomar una fotografía con mi teléfono móvil. Se suponía que el negro era corredor, el intermediario del equipo de Ghana. Chin dijo que el hombre afirmó que tenía acceso a varios jugadores y funcionarios de su país, pero que necesitaba un pago inicial para asegurarse la confianza del equipo. La reunión duró poco más de una hora. Más tarde, Chin me llamó por teléfono y estaba jubiloso”.
El “negro” que nombra Hill era, según lo que supuestamente le dijo Chin, entrenador del equipo sub 17 de Ghana. “Me dijo que el hombre había obtenido el consentimiento de ocho de los jugadores de Ghana. Unos días antes había leído en el periódico que el equipo de Ghana recibiría 20.000 dólares por cada victoria en la Copa Mundial. Le pregunté a Chin si eso no sería más importante para los jugadores de Ghana. Él respondió: ‘Pero una victoria no es 100% segura. Y cada jugador tiene la garantía de recibir de mí $ 30.000. ¿Lo entiendes?’ Y al final de nuestra conversación me preguntó si había tomado una fotografía en el restaurante Kentucky Fried Chicken. ‘Pude verte’, dijo. ‘Sé que trataste de tomar una foto. Lo sé. Lo sé todo’”, detalló.
Hill estuvo presente en Alemania durante la Copa del Mundo e inclusive dijo presente en un hotel donde estaba hospedado el seleccionado ghanés. “Vi el primer partido de Ghana contra Italia en mi piso de Oxford. Por cierto, Chin había predicho que Italia ganaría por al menos dos goles. Italia ganó 2-0, la actuación de la selección de Ghana se sintió muy extraña, parecían jugar bien pero pensé que había algo extraño. Incluso antes del pitido final anoté mi opinión en un papelito: este juego fue manipulado. Hasta el día de hoy, no sé si eso es cierto o no, pero volé a Alemania donde reservé en el Hotel Maritim, donde el equipo de Ghana se hospedaba en Würzburg, para averiguarlo”, contó.
Según precisó, tener contacto con la delegación del elenco africano fue más fácil de lo que cualquier puede pensar teniendo en cuenta que estaban disputando una Copa del Mundo:
“Cualquiera que quisiera podía acercarse a los jugadores de Ghana. Durante los seis días que estuve allí, estuve en contacto con casi todos los jugadores, entrenadores y oficiales. No hay problema. Por supuesto, busqué al corredor ghanés, el hombre del restaurante Kentucky Fried Chicken en Bangkok, pero nunca lo vi. Era muy sociable en el hotel, y superficialmente todo parecía estar en orden, ni rastro del corredor, ni asiáticos merodeando. Dos días antes del partido contra Brasil en los octavos de final, Chin llamó y dijo que el acuerdo con alguien en el campo de Ghana estaba al 100 por ciento. Estaba absolutamente seguro de que Ghana perdería por al menos dos goles”.
Hill estuvo presente el día del partido en el estadio del Borussia Dortmund y, tras el partido, estaba seguro de que el encuentro había sido amañado. Al respecto precisó: “Los ghaneses jugaron como si estuvieran poniendo todo su corazón, pero luego hubo una serie de errores estúpidos: los pases no tuvieron éxito, la defensa fue descuidada, el equipo recibió tres goles estúpidos. Después del partido estaba en la grada de Dortmund con lágrimas en los ojos porque estaba convencido, al menos emocionalmente, de que el partido estaba arreglado. Llamé a Chin desde el estadio: «No te creí, pero eres un genio». Y él dijo: «¿Cómo puedo ser un genio si gano tan poco dinero con esto?».
Brasil-Ghana en 2006: Hill y el encuentro con el corredor ghanés
Según señala Hill en su entrevista con Spiegel, convencido de que el resultado estuvo arreglado, tras el encuentro se dedicó a confirmarlo. “En el verano de 2007 volé a Ghana para encontrar al corredor. Realmente un plan loco, pero si había alguien que pudiera confirmar las historias de Chin, ese era ese corredor”, comenzó diciendo sobre aquella aventura.
El encuentro con aquel hombre, indicó, se dio de casualidad: “Mientras estuve en Ghana, la selección sub-23 de Ghana jugó contra Irán. Después del juego hubo informes de que alguien había intentado arreglar el juego, uno de los entrenadores fue despedido del equipo. Un periódico imprimió una fotografía del entrenador: era el hombre del restaurante Kentucky Fried Chicken. Su nombre es Abukari Damba”.
“La primera vez fue en un bar llamado Bus Stop, y luego en el Hotel Beverly Hills, ambos lugares de Acra. Damba había sido uno de los porteros del gran equipo ghanés que rodeaba a Abédi Pelé en los años ‘90. Más tarde jugó en Malasia y allí conoció a un arreglador de partidos malayo. Había sido entrenador sub-17 de Ghana y durante un corto tiempo entrenador asistente de la selección sub-23. En una audiencia de la asociación de Ghana sobre el intento de partido arreglado contra Irán, Damba confesó haber puesto a jugadores del equipo en contacto con los dos asiáticos y un iraní, y haber recibido dinero a cambio”.
En teoría Damba facilitó el acceso a la delegación ghanesa en el Mundial del corredor malayo, quien se habría acercado al entonces capitán Steven Appiah. Por este motivo Hill se puso en contacto con él y otros futbolistas de aquel seleccionado, quienes dijeron desconocer de los hechos. “Sin embargo, uno de los jugadores admitió que había sido abordado por apostadores asiáticos en 2004 durante los Juegos Olímpicos. Y todos dijeron que Appiah era el capitán del equipo y que debería hablar con él”, precisó.
Por este motivo el investigador fue en busca de Appiah, a quién también encontró. “Me reuní con él en una zona industrial de Acra. Hablamos en su coche y dijo que se le habían acercado varias veces a lo largo de su carrera y que también había aceptado dinero. La primera vez fue en 1997 durante el Mundial Sub-17 en Malasia y también en 2004 en los Juegos Olímpicos de Atenas; sin embargo, le habían dado dinero para ganar partidos, no para perderlos. Afirmó que luego compartió el bono entre todos los jugadores”, precisó sobre las confesiones del ahora ex futbolista ghanés.
La gran pregunta ante esto es cómo un futbolista puede dejarse perder en los octavos de final de un Mundial. Hill tiene una respuesta para esto: “En Ghana, llegar a los octavos de final ya se consideraba un gran éxito. Después de las victorias contra República Checa y Estados Unidos, fueron celebrados como héroes, y también después de su derrota ante Brasil. Además, hubo una gran discusión dentro de la delegación de Ghana una semana antes del inicio de la Copa del Mundo. Se trataba del pago de los jugadores, los funcionarios querían utilizar el dinero pagado por la FIFA principalmente para hacer avanzar el fútbol. Pero los jugadores sospechaban que los árbitros querían metérselo en el bolsillo. Querían que les pagaran bien y estaban de muy mal humor. Sin embargo, quiero enfatizar que no todos los jugadores de Ghana estuvieron involucrados. Muchos intentaban con todas sus fuerzas ganar el partido”.
Por último, y en relación a sí llevó su investigación a la FIFA, contó: “Visité a Joseph Blatter en Zúrich y le dije que un corredor asiático me había contado los resultados de los partidos antes de que se jugaran en la Copa del Mundo de 2006. No creía que esto fuera cierto. Si hubiera sucedido, dijo, entonces no habría afectado el resultado general. Pero si fuera cierto ‘entonces todo el trabajo realizado por la FIFA durante los últimos 30 años fue en vano»’.
Blatter, por aquellos días, también habló públicamente del tema en una visita al predio Coverciano de la Selección Italiana de Fútbol. «El Mundial es la más elevada manifestación deportiva del planeta, más que las Olimpíadas, y ningún equipo sale a perder», aseguró el entonces presidente de la FIFA en diálogo con la prensa, intentando echar por tierra las acusaciones.
En su libro, Hill también puso bajo sospecha a otros encuentros del Mundial 2006: los triunfos de Italia ante Ghana (2-0 en la fase de grupos) y Ucrania (3-0 en los cuartos de final); y la victoria de Inglaterra contra Ecuador (1-0 en fase de grupos). Igualmente aclara que solamente puede dar certezas de que estuvo arreglada la victoria de Brasil contra Ghana por lo mencionado anteriormente. «Hill ya aclaró que jamás dijo que esos partidos habían sido arreglados, sino que tenía sospechas y usó el condicional. Pero sus tesis fueron relanzadas como ciertas. No se lanzan acusaciones sin controlar antes. Pero yo digo que una cosa así no existe», cerró Blatter al respecto.