La historia oculta de la camiseta de Maradona en el 86: el «error» que la volvió mítica

La historia oculta de la camiseta de Maradona en el 86: el «error» que la volvió mítica

Hay objetos que nacen para ser leyenda. La camiseta azul que Diego Armando Maradona usó contra Inglaterra en el Mundial de México 1986 es, quizás, el mayor de ellos. Pero esa prenda, hoy un tesoro invaluable, nunca debió existir. Fue producto de una emergencia, una compra de apuro y un «error» de diseño que la convirtieron en el uniforme del partido más icónico de la historia.

El fútbol y la épica están cosidos con el mismo hilo. Y en la historia de esa camiseta, la costura fue literal y de último minuto.

El calor de México y la orden de Bilardo

La historia comienza días antes del 22 de junio de 1986. Argentina debía enfrentar a Inglaterra por los cuartos de final en el Estadio Azteca. El partido se jugaba al mediodía, bajo un sol abrasador.

El equipo argentino tenía su camiseta titular, la albiceleste, y una suplente azul de la marca Le Coq Sportif. Sin embargo, el entrenador, Carlos Salvador Bilardo, era famoso por su meticulosidad y superstición. Después de sufrir el calor en partidos anteriores, vetó la camiseta azul suplente oficial.

«Esa camiseta de algodón es un desastre. Con el calor y la transpiración, los jugadores van a pesar 100 kilos cada uno», sentenció el ‘Narigón’.

El problema era inmenso: Inglaterra también jugaba de blanco y, por sorteo, Argentina debía usar su uniforme alternativo. Pero el técnico no lo permitía. La Selección no tenía qué ponerse.

La misión de Moschella: de compras por el D.F.

Con el tiempo en contra, Bilardo envió a Rubén Moschella, un miembro de la delegación argentina, a una misión desesperada: recorrer la Ciudad de México y encontrar un juego de camisetas azules más livianas.

Moschella volvió al hotel con dos modelos genéricos de Le Coq Sportif que encontró en una tienda. No eran de la Selección, eran simplemente camisetas azules de la marca.

La elección final quedó en manos del capitán. Bilardo llamó a Maradona a su habitación, le mostró los dos modelos y le pidió que eligiera. Diego tocó la tela de una de ellas, un azul brillante de un material más poroso y liviano (conocido como «gamuza») y no lo dudó.

«Qué linda, ‘doc’. Con esta le ganamos a los ingleses», dijo Maradona, sellando el destino.

El «error» que la hizo única

Tener las camisetas era solo el primer paso. Había que convertirlas en el uniforme de la Selección Argentina, y solo tenían 48 horas. Aquí es donde ocurre la magia, la improvisación y el «error» que hoy la define.

1. El escudo de emergencia

El equipo no tenía escudos de la AFA para coser. Moschella tuvo que rebuscar en las arcas de la delegación y encontró unos escudos antiguos, que ni siquiera eran los que usaba la camiseta titular albiceleste (eran más grandes y de un diseño ligeramente diferente).

Se convocó a varias empleadas del Club América, donde concentraba Argentina, para que cosieran a mano y a toda prisa los 19 escudos en las camisetas. Por eso, si se mira en detalle, la ubicación del escudo varía ligeramente en cada jugador.

2. Los números plateados

El problema final eran los números. La utilería no tenía los números negros oficiales de Le Coq Sportif. La solución fue comprar los primeros que encontraron en una tienda de deportes local: unos números plateados, brillantes y de un material plástico que se usaba comúnmente para el fútbol americano.

Los plancharon de urgencia en la espalda de las camisetas. Ese brillo plateado, casi reflectante, que se ve en todas las fotos de Diego contra los ingleses, no fue una elección de diseño; fue un parche de último minuto.

De la improvisación a la eternidad

El resto es la historia que todos conocemos. Con esa camiseta improvisada, con el escudo cosido a mano y los números plateados de fútbol americano, Diego Maradona hizo dos cosas que el mundo jamás olvidaría.

Primero, «La Mano de Dios», el gol más polémico y cargado de «viveza criolla» de la historia. Segundo, el «Gol del Siglo», la apilada cósmica donde dejó en el camino a medio equipo inglés.

Esa camiseta azul, nacida de un «error» logístico, de la necesidad y del calor mexicano, se convirtió en el manto sagrado del mejor jugador de todos los tiempos en su actuación más memorable. La camiseta que no debía existir es hoy la pieza de memorabilia deportiva más cara de la historia, un símbolo de que, a veces, los errores están destinados a convertirse en mitos.

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